como los astros flotan en la inmensidad
hoy por hoy me arrastro lo necesario,
vendiéndote mi pellejo al peso
aunque si puedo evitarlo lo evito, cogiendo un atajo
en el que un sucio diablo , su piel allí dejó
y del que nos enganchamos sin arcén,
con la ira del destierro, del que ya no regresaré,
ni por carnaval, del que nos enviciaremos, sin llegar a disfrutar, pues
nuestra condena miserable como tu , como yo no da
y apunta te otra cuando pienses mal, es normal que lo hagas fatal.
miércoles, 10 de febrero de 2010
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