lunes, 11 de enero de 2010

son tus armas de mujer las que me hacen sudar tinta
y seducen, sin dejar de provocar a mi boca;
que a cada batalla no declarada se desangra por las espinas
de otra primavera rota.
son tus armas de mujer las que me hacen sudar el pellejo
a cada despertar, que da para pensar.
son tus armas de mujer las que sin dejar de provocar a mi pecho,
seducen a campo abierto.
son las mentiras de tu boca, las que me hacen suponer el que ya
no tenga verdad, que pronunciar para que tu te dejes querer, mademoiselle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario